viernes, 19 de julio de 2013

La Noche Que Lo Cambió Todo (parte 3) Canal 9

-¡Hola!- dijo él saludando a la chica.
-¡Hola!- dijo ella sonriendo.
-¡Invítame a un chupito!- dijo Marc.
-¿Qué?- dijo ella extrañada.
-¿No eres de la Comisión?- dijo él. Ella asintió con la cabeza sonriendo.
-Pues que si me invitas a un chupito- explicó él. Ella rio.
-Pero me tienes que comprar la entrada para Pachá antes- dijo ella- invitamos a chupitos a quienes compran la entrada para pagarnos el viaje.
-Bueno, tú invítame al chupito y luego te compro la entrada- dijo él sonriendo.

Ella le miró condescendiente y sonrió.
-¡Qué morro tienes! Anda vamos- los dos se dirigieron a la barra y ella pidió dos chupitos. Brindaron y los bebieron de golpe. 
-Recuerdo que me dijiste que eres de Alcoi- dijo Marc. Ella asintió- ¿Y vienes todos los días?
-No, entre semana estoy en Alicante- respondió ella. El asentía prestando atención.
-Lo que no recuerdo es cómo me dijiste que te llamabas. Yo soy Marc.

-Me llamo Raquel.

***
Alberto prestaba atención a la chica rubia que no paraba de parlotear.
-¡Qué grunge eres tío!- dijo ella mientras soltaba una risotada.
Alberto sonrió, metió las manos en los bolsillos y hundió la barbilla en el cuello de la camisa.
-¿Por?- dijo Alberto.
-Está muy chulo el brazalete que llevas- dijo ella.
-Es un salvatablas- explicó él hablándole a los botones de la camisa- hago windsurf, se me rompió el domingo y ya me lo he dejado- ella dio una carcajada y le empujó suavemente. Alberto estuvo a punto de perder el pie.
Al recolocar la postura, vio a Marc que estaba hablando con las chicas esas de Novelda.


Marc no tenía remedio. Le había dado por ir con ellas a la biblioteca a estudiar a mediodía todos los días. Él les había acompañado un par de veces y se había sentido fuera de lugar. Marc, como siempre, no tenía ningún problema en hablar con ellas de lo que fuese, era la ventaja de ser el nexo de unión de Marc y de Claudio. Él era muy tímido y Marc siempre le presentaba alguna chica que conocía, o cuando salían de marcha, era el que se encargaba de romper el hielo. Claudio y sus ojos, las encandilaba. Él necesitaba cuatro o cinco copas para soltarse y hablar con ellas.
Lo que no entendía de Marc, era qué hacía quedando tanto con esas tres de Novelda que además tenían novio.
Entonces vio a Marisa. 

viernes, 12 de julio de 2013

La Noche Que Lo Cambió Todo (parte 2). Invítame A Un Chupito.

*Viene de La Noche que lo Cambió Todo (parte 1)

Alberto enfiló por la calle San Fernando en dirección al Portal de Elche. Las calles de La Zona eran testigo de la noche alicantina. Grupos de chicos y chicas deambulaban de pub en pub tomando copas en la calle disfrutando de la buena temperatura.
Alberto dirigió el coche en dirección al Mercado y se encontró con unas obras que les impedían el paso.
-Joder como está esto- dijo Marc.
-Están haciendo el túnel del TRAM. Van a unir Alicante con Benidorm con una línea tipo Metro- dijo Claudio.
-Vaya un por culo de obras- dijo Marc. Alberto aparcó en una bocacalle que daba a las obras. Los tres bajaron del coche.

-Bueno Marc, ¿Dónde has quedado con tus amigas esas?- dijo Claudio.
-Tengo que mear- dijo Alberto. Se dirigió a un portal de un edificio antiguo de dos plantas, desabrochó los botones de la bragueta del pantalón y apuntó a una de las paredes. Mientras se la cogía, miró por encima del hombro a sus dos amigos que estaban esperando y empezó a convulsionar mientras reía con carcajadas sordas.
Marc miró a Alberto a ver qué le hacía tanta gracia. El orín de Alberto estaba escribiendo unas letras en la pared del portal, PUT había escrito por ahora.
Los tres comenzaron a soltar carcajadas. Se escuchó una persiana que subía.
-¡Nene! ¿Por qué no te vas a mear a tu casa?- dijo la cabeza de una señora que asomaba por una ventana.
-¡No tengo!- gritó Alberto- Vivo debajo de un puente- Marc y Claudio aplaudieron la chanza con carcajadas.
-¡Qué poca vergüenza! Tendría que limpiar tu madre mañana las cerdadas que nos dejáis todos los fines de semana en mi casa.
Marc y Claudio dejaron de reír. Alberto se la guardó y partieron apresuradamente en dirección Al Barrio.



-Oye comebolas, cómo se llaman las tías esas con las que has quedado- preguntó Claudio.
-Sólo conozco a una, se llama Laura- dijo Marc.
-¿Está buena?- preguntó Claudio.
-A ti te lo voy a decir…
-Entonces es que sí- dijo Claudio- ¿De qué conoces a la pava esa?
-No está buena, está bien y sólo la conozco de un rato- Marc metió una mano en el bolsillo del pantalón- me la presentaron el martes tomando café y me pareció simpática.
-Entonces es que es un cardo- dijo Claudio.
-Entonces es que tú eres un idiota- contestó Marc. Claudio se descojonó.
-Tú y tu rollo no me importa el aspecto físico, sólo lo de dentro- se mofó Claudio- pero nunca te he visto con un cayo.
-A lo mejor es porque las chicas que tienen algo dentro son atractivas porque la atracción mental es más fuerte que la física, de una mente no te liberas ni cerrando los ojos- dijo Marc.
-Lo que tú digas comebolas- se burló Claudio- Pero a una simpática no te acercas una noche de marcha.
-Eso es verdad- dijo Marc-. Será por eso que tú sólo terminas con el cacho de carne que te dura tres micropolvos y a mí las chicas me duran años.
-Iros a la mierda- cortó Alberto- ¿Vamos de marcha o a soltar frasecitas del Club de Los Poetas Muertos?- los tres rieron.
-Vamos a ver si alguna de las amigas de Marc está follable- dijo Claudio.

viernes, 5 de julio de 2013

La Noche Que Lo Cambió Todo (parte 1)

-Eh tío ¡que le den!
La voz de Alberto se imponía por encima del bajo contundente de la radio del coche.
-¿Qué te pasa ahora con Marisa?- preguntó Claudio.
Marc guardó silencio unos instantes.
-La verdad es que Billy Corgan, cuando no se le va la pinza, hace unos temazos brutales- se limitó a comentar mientras movía la cabeza al ritmo de la música-. El otro día me la encontré en la cafetería y estuvimos hablando.
-¡Ostias! ¿Y qué te dijo?- preguntó Claudio.
-Pues al principio no quise hablar mucho con ella...- Marc sacó el móvil para consultar un sms que le había entrado- No quise hablar con ella y se dio cuenta. Me dijo que sentía mucho lo que había pasado en Tarancón, que había estado pensando en lo nuestro y que si quedábamos esta noche para la fiesta de El Paso.
-Tonight...tonight, tonight- tarareaba Alberto acompañando al tema de los Smashing.
-¿Esta noche?- se sorprendió Claudio- ¡Qué hija de puta! ¿Ahora se ha cansado del imbécil del pueblo y quiere volver?
Alberto paró el Seat Cordoba en el vado de casa de Marc.
-Esta noche quedamos- dijo Alberto- pero no vamos a ir a la fiesta, vamos a nuestra bola, nada de tías.



-Primero vamos a mi apartamento de Arenales y hacemos botellón- propuso Claudio- quedan botellas de la última vez, sólo hay que comprar hielo y Coca-cola.
-¡A pillarla por pillarla!- sonrió Marc.
-Y a las tías ¡Que les den!

***
-¡Lo cojo yo!- gritó Marc mientras salía corriendo de su habitación en dirección al salón.
Llegó a descolgar la consola del teléfono al cuarto timbrazo.
-¿Sí? ¿Diga?
-¿Marc?
-Sí, soy yo- no reconocía la voz femenina que escuchaba al otro lado del hilo telefónico.