jueves, 3 de septiembre de 2015

Maratón de Madrid 2015



Desde que me dio por esto de correr en la Universidad, entonces era footing no running, siempre me he preguntado qué se sentiría al correr un maratón. Hablábamos de esa generación de fondistas españoles que ganaba maratones importantes y del padre de mi amigo David, Pepe, que corría el maratón de Madrid.
Veinte años he tardado en encontrar tiempo y respeto de lesiones para poder debutar en uno, en el de Madrid precisamente.

Es el maratón de Madrid una prueba con un trazado espectacular, con mucha animación y con un perfil exigente, sobretodo a partir del 24k, Casa de Campo, hasta el final, Retiro.
Como tal lo he preparado en 12 semanas para poderlo ACABAR y a ritmo de 3h20( 4,40'km) pero con un tiempo esperado final de 3h30(5'km) por el perfil final de la prueba.

SALIDA 9.00

Me acerco casi una hora antes a la Salida para localizar mi cajón de tiempos, 3.30 y empaparme del ambiente y la fina lluvia que ya empieza a caer a primera hora. Me acerco al Globo de 3.30 a preguntarle su estrategia de carrera y me dice que piensa en pasar el Mediomaratón en 1.43, porque cuenta con que irá perdiendo tiempo en la parte final.
Mi plan de carrera no tiene nada que ver con tiempos ni ritmos, mi idea es ir todo el rato por debajo de 165-168 ppm que es mi límite aeróbico y la zona donde más cómodo y suelto corro y poder ACABAR.

Llega la hora de la Salida, está mal organizada, con los corredores de maratón y 1/2 maratón juntos en los mismos cajones y los Globos de tiempo a la cabeza de la carrera, lo que hace que veas tu supuesto ritmo muy lejos y te toque remontar.

START

Pocos nervios en la salida, hay tanta gente que casi no se puede correr, además la salida desde Cibeles hasta Pza de Castilla (7k) es un falso llano de subida donde no vale la pena dejarse los cuernos, desde el km 8 hasta el 15 es casi todo una suave bajada donde poder recuperar tiempo.
Mantengo contacto visual con el globo a unos 500 metros y me marco un ritmo que poco a poco conforme adelanto corredores y se estira la prueba, empiezo a sentirme cómodo.
Sobre el 9k me encuentro con Dimas, un conocido de Elche que también está disputando los 42k pero me dice que va a 4h, mucho menos ritmo que mi idea de carrera, aunque prefiero no correr solo, decido seguir y hacer mi carrera.
Comienza el terreno favorable y empiezo a bajar pulsaciones, 160ppm y gano ritmo, durante unos km me mantengo en 4.30'km y cuando me doy cuenta, sobre el 18k alcanzo al globo de 3.30.
Me noto fresco y bien de ppm así que decido adelantarlo y seguir a la mía.
El paso por Preciados y c/Mayor es espectacular, con una cantidad de público que me recuerda a un puerto del Tour de Francia.

MEDIOMARATÓN

Y así sin darme casi cuenta paso la Mediamaratón, Palacio Real, miro el crono 1.41, voy con bastante margen para hacer 3.30 y me evalúo. No estoy cansado, no me duele nada y he corrido muy suelto, no tengo hambre y entre los manguitos y el buff me estoy protegiendo bien de la lluvia que nos está acompañando casi todo el rato, no tengo frío y voy perfecto de pulsaciones. Pasamos por el avituallamiento y decido comer. Hubiese preferido naranja o frutos secos, fáciles de comer, pero sólo hay plátano, así que engullo uno a sabiendas que me hará falta energía dentro de una hora.




A partir de aquí voy bien hasta que llego a la Casa de Campo y empiezan los problemas, es un tramo de unos 8k, hasta el 32k, de toboganes de sube y baja que me destrozan el ritmo, las rampas de subida son muy pronunciadas y las bajadas lo mismo de forma que toca ir frenando. A la tercera rampa ya he perdido el ritmo, me alcanza el globo de 3.30 e intento seguirle unos km, pero sufro, alguno se le queja de que va a 4.45'km, pero el del globo va a lo suyo. Llego a un punto que decido dejarlo estar y hacer mi carrera, aún falta mucho y me da miedo forzar ahora y no llegar al final.
Durante toda la prueba mi club de fans, David, Icíar, Juan, Noe, Belén y Raquel han estado siguiendo mi recorrido en Metro y animándome en distintos puntos, en ninguno me alegro tanto de verlos como en el 30k, la lluvia ha empezado a arreciar y me acerco al tramo Calderon-Glorieta de Embajadores, 8k de subida pronunciada, como el Ferriol pero a lo grande, y es el tramo que más incertidumbre me crea de todo el recorrido. Están tan empapados como yo y siento sus ánimos que me dan vida para afrontar algo que nunca he experimentado el famoso muro del 30k.

EL ¿MURO?

Paso por el Calderon en el 32k y me evalúo, voy bien, empapado pero bien, y me digo a mi mismo que sé que voy a terminar, voy con las pulsaciones a 162ppm, no me duele ningún músculo en particular y me digo que mientras siga corriendo y no pare, seguro que mis piernas me llevan hasta Meta.
En estas estoy cuando no noto ningún muro, lo que noto es que la calle se empina, así que bajo la cabeza y me centro en seguir corriendo y no hacer caso de la lluvia y lo duro del terreno.
Veo corredores que piden Reflex a los voluntarios, gente que no puede más con la cuesta y van andando, cojeando.
Sobre el 35k la lluvia se transforma en tormenta y empieza a soplar ráfagas de viento, me entra una risa tonta y me viene a la cabeza que ya sólo falta que se ponga a nevar para que esto sea más "divertido".




Km38, por fin Atocha, suspiro pensando que ya se han acabado las cuestas, pero qué equivocado estoy. El terreno sigue en falso llano por Prado hasta Colón, Goya, Velazquez, Ortega y Gasset hasta pza Marqueses de Salamanca. Que esta zona de Madrid la conozca como la palma de la mano no ayuda a que sufra mucho a nivel muscular, me estoy agarrotando y se me hace pesado llegar al 40k, sólo pienso en no dejar de correr, por miedo a no poder volver a arrancar.

Por fin Plaza de Marqueses de Salamanca, al lado de donde trabajé durante 6 años, me alegro de llegar como pocas veces me he alegrado tanto de algo. Desde aquí hasta meta es todo cuesta abajo.
2 km de bajada en los que incluso puedo recuperar la zancada y en los que sé que seguro que voy a terminar.
2 km para disfrutar, incluso de los 195 metros que añadió la Reina de Inglaterra para que los corredores llegasen a su palco.
Han sido 12 semanas, 5 entrenamientos por semana dirigidos por mi preparador Pepe Díez, el padre de David, el consejo de Pablo, Salva y demás amigos, 936 km más 42km y 195 metros y 3 horas 33 minutos y 26 segundos que me llevan a poder decir que por fin he corrido un Maratón.



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