-Pase por aquí- La señorita cerró la puerta
y lo dejó en la habitación de azulejos blancos que chapaban las paredes.
Limpios, impecables, al menos esa es la impresión que daban. Numerosos
percheros de madera salpicaban la pared, al menos dos docenas pudo contar. Un
banquillo de madera, se alineaba bajo la constelación de percheros.
-(¿Me
siento o espero de pie?)- El suelo, con planchas grises, daba perfecta
función a lo que se esperaba de él, que no resbalase.
-(Sentado
voy a parecer un colegial esperando en la puerta del director)- Del techo
colgaban tubos fluorescentes. Ahora, que estaba él solo, sólo estaba encendida
una de las cuatro fases. Seguro que todos juntos daban buena luz.
Ahora que se fijó mejor, justo encima de la
línea de percheros, la pared no estaba tan limpia. No es que estuviese sucia,
pero los azulejos brillaban con un tono opaco en lugar del blanco níveo del
resto de la estancia.
-(Che!,
pues me siento)- a su izquierda, detrás de la baja pared donde no había
percheros, se oía un grifo que goteaba.
Allí en el silencio de la soledad, se dio
cuenta que no era uno solo el grifo que goteaba, tic, tic, por lo menos eran
dos, si no estabas callado, podrías pensar que era uno, pero los tic eran
diferentes al caer.
-Nain, no suba la puja!!!-Ahora que
prestaba atención, al fondo de la habitación, se escuchaba de lejos, una voz-Jugadorrres
como ese, sientos en merrrcaden, ja?!
(Parece
que donde acaban las perchas hay una puerta. Dará a un despacho)
-Clin!!!- el sonido del teléfono al caer
sobre la consola, denotaba que el interlocutor lo había dejado con fuerza.
Una sombra avanzó hacia la puerta del fondo
del vestuario.
-Ja?! Usted debe serrr el nuevo doktorrr
del equipo!
-Hola
buenos dias, Doctordeivid, señor.
-Ja?! Maister, le estabamos esperrrando-Como
suele ocurrir con los centroeuropeos, el tono de voz, no tenía nada que ver con
su lenguaje corporal.
El rostro, anguloso, enmarcaba una expresión
seria, afable, lampiña, hasta en el cuero cabelludo, la tez ligeramente morena,
hablaba de una persona que pasaba mucho tiempo al aire libre. El joven doctor
interpretó que estaba ante una persona seria y determinada.
-Bien, ja?!, porrr corrrreo electrrronico
ya le comuniqué lo que se esperrraba de usted, diagnostico de posibles
futurrras lesiones de los jugadorrres. La prrrevension es la clave de una
plantilla corrrta!Oh! Doktor, que poca educasion la mia, Zofem, Klaus Zofem, dirrrektorrr
managerrr del club.
***
La cosa funcionaba.
La temporada empezó bien, el grupo parecía más sencillo de lo esperado.
Los jugadores podían jugar relajados más
encuentros de lo habitual y el análisis de tratamiento de prevención, en
colaboración con los fisios, era fácil.
Hacía poco tiempo que se había formado un
nuevo club en la ciudad Athletic Carabassím "Los Gaferos". Las directivas de ambos clubs
pactaban derbis amistosos que casi siempre, acababan con victoria del club
del joven doctor.
En pocos días, tras terminar la Liga,
jugarían un nuevo amistoso.
Herr Zofem dio la orden de salir con
suplentes, pero no muchos, ya que había que mantener la supremacía de
Herrdoktor como equipo hegemónico de la ciudad.
-Tratamiento base normal, vitaminas y mucho
liquido, a las 12.30 existe riesgo de deshidratación.-
La cosa no fue como el conjunto visitante
esperaba, Carabassí estaba usando nuevas tácticas, delantero defensivo y nuevas
adquisiciones.