viernes, 8 de febrero de 2013

El Trío (En Concierto II)


Lo malo de los conciertos de pop indie es que en los temas muy tranquilos, uno no sabe muy bien como bailar. Lo mejor es agarrarse con una mano a la copa o botellín de turno, iniciar un vaivén con el cuerpo siguiendo el ritmo de la música y acompañar al cantante con la letra o en caso de desconocimiento de la misma, poner la mejor de las sonrisas y disfrutar del tema y del paisaje de espaldas, cabezas y culos que tienes delante.
Cuando llega un tema movido o que conoces, es el momento de empezar a saltar y darlo todo, buscar miradas de complicidad con tus acompañantes y de dar saltos abrazados.
Es muy recomendable que la copa la tengas ya por la mitad, si no quieres derramarla.
Por eso es más práctico beber en botellín en un concierto, porque es menos probable que se derrame la cerveza.

-Buenas noches a todos.- la voz de Jorge Martí sonó opaca a través del micrófono- la última vez que estuvimos en esta ciudad, dimos un concierto acústico que nos costó algún reproche por parte de nuestros fans. Gus Mirón, espero que esta noche no tengas que perdonarnos- prosiguió Martí- ¡Vamos allá Indestructibles!

Los acordes del primer tema llenaron el vacío sonoro dejado por la música enlatada.
Los cinco se habían quedado en la parte de atrás de la sala.
La verdad es que la calidad del sonido era excelente. No había acoples y para ser un directo, la batería no tapaba la voz nasal del solista.

-Marc, Carol se ha pegado una vomitera en el baño que no veas- dijo Clara.
-¿Pero está bien?- preguntó él.
-Muy bien muy bien, no está- dijo Clara.
A Marc esto le sentó como un tiro. Lo estaba pasando en grande. Ya era duro ver que Jaume y Sofía habían conectado, como para ahora tener que hacer de niñera de su vecina y amiga.

Se acercó a Jaume que estaba hablando con Sofía-. James, Carol se ha puesto mala.
-¿Qué le pasa?-preguntó Jaume con cara de asombro.
-Se ha pegado una potada en el aseo- dijo él-. Voy a llevarla a casa.


Jaume le miró serio- No hombre, vamos todos a tu casa, que se acueste y nos quedamos hablando o tomando algo.
-No hace falta- dijo Marc después de hacer una pausa- tú quédate con Sofía y con Clara.

Jaume miró a Marc unos segundos y le dijo al oído-. Marc, me sabe mal. Yo sé que te gusta Sofía y que te quieres quedar.
-¡Que va tío!- dijo Marc forzando una sonrisa- Esa historia fue hace mucho tiempo y nunca llegamos a nada. Quedaos y yo llevo a Carol a casa y la acuesto. Me quedo no sea que vomite y se ahogue.

Jaume se acercó a Sofía y Clara. Estaban al lado de Carol que estaba sentada en un taburete con los ojos medio entornados y una sonrisa tonta en la cara. Les dijo algo a las chicas y señaló con una mano a Marc. Sofía le dijo algo a Jaume. Jaume le contestó. Sofía se acercó a Clara y le dijo algo. Clara le contestó. Iniciaron una conversación en la que de vez en cuando señalaban a Marc, a Carol y a Jaume.
Marc pudo ver como Jaume y Clara ayudaban a Carol a levantarse y la llevaban hacia Marc.
-Vamos fuera a llevarla al coche- dijo Clara.

 
Un solar de tierra al lado de la sala hacía las veces de parking. Como habían llegado temprano, habían podido aparcar cerca de la puerta.
Las luces de emergencia del coche parpadearon dos veces. Marc se acercó a la puerta delantera derecha y la abrió.
Entre Jaume y Clara ayudaron a Carol a sentarse en el asiento.
-Carol ¿Tienes ganas de vomitar?-preguntó Marc.
-No- contestó ella con la lengua enredada- lo que tengo es ganas de otro chupito- Carol comenzó a reír a carcajadas.
-Tía no me jodas- dijo Marc- no vayas a vomitar dentro del coche.
-Ya te gustaría a ti que te jodiese- dijo ella con una sonrisa en la boca.
Sofía le puso el cinturón de seguridad a Carol.
-Bueno, pasadlo bien- dijo Marc-. En llegar a casa os hago una perdida. Mañana hablamos.
-Ten cuidado Marc- le dijo Sofía.
Marc subió en el coche y se puso el cinturón.
Escuchó cómo se abría la puerta de atrás y se dio la vuelta a ver qué pasaba.
-Os acompaño- dijo Clara- ¿Me puedo quedar en tu casa?
Marc se quedó mirando a Clara. Hizo una pausa.
-Como quieras- contestó él-. Sitio hay.

Marc arrancó el coche y conectó el reproductor de música. Un tema comenzó a escucharse en el reproductor de CD.
"Confía en mí,
nunca has soñado
poder gritar
y te enfureces
es horrible
el miedo incontenible..."

A Marc le apareció media sonrisa irónica en la cara. Incorporó el coche a la circulación.

-¿Te puedo preguntar una cosa Marc? -dijo Clara.
Marc miró a Clara por el espejo retrovisor, ¿qué esperaba que le contestase?
-Dispara- dijo él.
-¿Qué rollo te llevas con Sofía?- dijo Clara directa.
Marc miró extrañado a Clara- ¿Rollo?- hizo una pausa- No hay ningún rollo.
-Sofía me contó que un tiempo estuvisteis liados- continuó Clara.

"entonces ven,
dame un pedazo,
no te conozco
cuando dices qué felices,
qué caras más tristes..."


Marc se sorprendió de que Clara supiese aquello y más aún que Sofía se lo hubiese dicho.
-Bueno, es verdad que salimos un tiempo, pero todo quedó en un par de cenas y cines y alguna fiesta que fuimos juntos.
-Siempre has sido un cortado- intervino Carol con la voz enredada por el alcohol- si te la hubieses llevado a la cama, os habríais relajado y sí que tendríais un rollo ahora.
-¿Y a ti quién te ha dicho que no me la llevé a la cama?- le dijo Marc a Carol en tono burlón.
-A que no te la llevaste...- dijo Carol con una sonrisa satírica.
Marc guardó silencio.
-Si es que te conozco mejor que a ningún tío con los que he estado- dijo Carol a carcajada limpia.
Marc movió la cabeza negando. Carol no tenía remedio. Lo que le gustaba de su amistad era su lealtad y lo directa y sincera que era. A veces demasiado sincera.

"ella sabe y presiente
que algo ha cambiado
¿dónde estás?
no te veo, es mejor,
ya lo entiendo ahora
ya no me lamento.
Yo sigo detrás
¿para qué?"


-Si no me la llevé a la cama fue porque ella no quiso- dijo Marc muy gallito.
Carol empezó a reír de una forma exagerada-¿Y tú que sabrás? Tonto. Nunca te enteras de nada.
-Marc- dijo Clara- No le hagas caso. ¿No ves que va muy borracha?

Marc respiró hondo y guardó silencio.
-¡Noticia!- dijo sarcástica Carol- Marc “comebolas” se ha quedado sin palabras-. Carol empezó a reír otra vez.
Marc miró a Carol de reojo y empezó a resoplar.
-Nunca te enteras de nada- siguió Carol- ¿Qué hay de tu enfermera “Maritetas”?- preguntó con los ojos cerrados- Os acostáis dos veces y luego no sabes qué hacer con ella.

"ella no me imagina
cazando en los bares
viviendo deprisa
¿para qué?"


-¿A ti qué te pasa hoy conmigo?- le preguntó Marc a Carol un poco enfadado.
-Eres tan tonto que dejas que la tía que te gusta se quede con otro tío y no haces nada al res…- a Carol se le trastabillaban las palabras- nada al respecto.
-Lo que voy a terminar haciendo al respecto es abrir la puerta del coche y dejar que te vayas a patita a casa- dijo Marc con los dientes apretados.
-Eres tan blando que ni para eso tienes huevos- dijo ella burlándose de él.
-Marc, déjalo- dijo Clara- no le hagas caso. Yo no creo que seas así.
-¡Anda ésta!- dijo Carol dando una palmada- No te molestes en defender al blandengue este. Aunque te ligase, no tendría huevos para rematar la faena.

Carol empezó a descoyuntarse. Miró pícara a Marc cómo conducía y con la mano izquierda le cogió el paquete.
Marc le dio un manotazo para quitársela de encima.
Te quieres estar quieta joder!- le gritó Marc.

Carol dejó de reír. Cerró los ojos y empezó a sollozar. Un quejido quiso salir de su garganta.
-No te pongas a llorar ahora- le dijo él más tranquilo.
Carol cruzó los brazos y hundió la barbilla en su pecho. Quejidos guturales salían de su garganta.
-Carol. Perdona tía- dijo Marc muy suave.
-Joder tío- empezó Carol a la que casi no se le entendía entre el alcohol y los sollozos- Yo te quiero mucho. Eres un tío de puta madre. No sé por...- se le liaban las palabras- no sé por qué te digo estas cosas.
Carol ya había empezado a llorar.
Clara buscó en el bolso, sacó un cleenex y se lo dio a Carol.
-Tú también eres de puta madre tía- seguía Carol mientras estrujaba el pañuelo de papel- una tía que te cagas.
Carol cerró los ojos. Salían suspiros de su garganta.

Marc aparcó en batería casi en la puerta de su casa.
Clara bajó del coche y abrió la puerta de Carol. Marc le desabrochó el cinturón.
-Carol- le dijo Marc sacudiéndole suavemente el hombro- despierta que hemos llegado.
-¿Qué? - dijo ella muy suavemente desde su mundo de sueños y alcohol.
-Venga. Ayúdanos a sacarte del coche.
Carol no hacía por despertarse.
Clara se decidió y la cogió de los codos y tiró de ella.
Marc le puso las manos en el culo y empujó para ayudarle a levantarse.
-No me toques el culo que ahora no tengo ganas de follar- dijo Carol en un extraño lenguaje con los ojos cerrados.
-Venga ponte de pie- le dijo Clara.
Marc salió del coche. Se pasaron los brazos de Carol por los hombros y se dirigieron al ascensor. Por lo menos Carol daba pasos y se dejaba llevar.
-Los dos sois de puta madre- dijo Carol en su extraño lenguaje-¡Os quiero coño!- Carol tenía la mirada perdida- Eres un tío de puta madre.

Entraron en casa de Marc. Llevaron a Carol a la habitación de él.
-Abrázala por detrás que no se caiga- dijo Marc.
Él se puso delante de Carol que seguía con los ojos entornados y la mirada perdida. Se agachó y le descalzó las bailarinas. Se incorporó, le desabrochó los pantalones y se los bajó.
Le quitó la camiseta de remaches de Zara. Llevaba un sujetador sin tirantes.

-Siéntala en la cama- dijo Marc.
Se arrodilló enfrente de Carol y terminó de quitarle los pantalones. La había dejado en ropa interior.
Se dirigió al vestidor y cogió una camisa azul de PuroEgo.
Entre Clara y Marc se la pusieron. Él le abotonó la camisa. Metió las manos dentro de la camisa buscando la espalda, le soltó el cierre del sujetador y se lo quitó.
-Ayúdame a acostarla de lado no sea que vomite- dijo él.
Recostaron a Carol de lado con la cabeza encima de la almohada.
Marc se levantó, se dirigió otra vez al vestidor y cogió una manta térmica. Arropó a Carol.

-Clara. Haz el favor- dijo Marc- la segunda puerta del pasillo es la cocina. Mira a ver en la galería y traes un barreño no se ponga a vomitar y lo ponga todo perdido.

Clara salió de la habitación, encontró un barreño azul y volvió a la habitación de Marc.
Se quedó mirando la escena que componían Marc y Carol.

Marc estaba sentado en la cama al lado de Carol que quedaba de espaldas a la puerta.
La cálida luz de la mesita de noche bañaba el rostro de Marc dibujando contrastes en sus facciones.
Marc estaba muy quieto mirando fijamente a Carol con mirada soñadora. Acercó la mano a la cara de Carol y le retiró un mechón que le tapaba la mejilla. Le pasó la mano por el cabello acariciando su melena morena.
Marc apoyó las dos manos en el colchón, cerró un instante los ojos como hablando consigo mismo. Movió la cabeza de lado a lado negando a quien le hablaba en su conversación interior. 
Abrió los ojos, respiró hondo y acarició la mano de Carol. Endureció la mirada y se levantó de la cama.

Reparó en la presencia de Clara que estaba plantada en el quicio de la puerta contemplando la escena.
-¿Te apetece tomar algo?- preguntó Marc- Yo necesito algo fuerte.

"si cada vez que vienes me convences
me abrazas y me hablas de los dos.
Y yo siento que no voy,
que el equilibrio es imposible cuando vienes
y me hablas de nosotros dos.
No te diré que no
yo te sigo porque creo que en el fondo hay algo"

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