viernes, 1 de marzo de 2013

Siberia

-Yo lo que quiero es aprender a hacer es La Fabiola- dijo BA
-¡Mi hermana tiene la receta!- dijo Rubio- Espera que te la paso.

Marc pensó que no tenían remedio. Siempre estaban hablando de comer dulces y luego quejándose de que no les entraba la ropa o de si tenían que ir al gimnasio.

-¡Anda!- dijo BA- Lleva almendras. ¡Qué ricas! ¿Cómo las puedo moler?
-Una bolsa de almendras molidas, un pavo en Mercadona- dijo Marc.
-Nooo- dijo BA- mi padre me las manda ya peladas.
-Las puedes picar con la Termomix- dijo Rubio.
-No tengo- dijo BA- ¿Con la batidora vale?
-¡Claro!- dijo Rubio.
-No te compliques. Un pavo en Mercadona- dijo Marc con una sonrisilla- las almendras de tu padre, las asas y las salas y nos las traes para picotear.
-Anda toma, que ha venido un paciente- dijo BA mientras le pasaba un sobre a Marc.

Marc salió del office y se dirigió a la Sala de Pruebas. Abrió el sobre y leyó la información del paciente (Sonya Fiodorova).
Abrió la puerta de la Sala.

Unos señores con expresión aburrida, de unos cincuenta años, estaban sentados en la parte ancha de la sala.
Una pareja joven estaba al lado de ellos. Ella era mulata, así que no debía de ser Sonya.
Una chica tecleando un móvil de funda blanca con strass, estaba sola en las sillas de enfrente de recepción.
Marc se dirigió a ella.

-¿Sonia Fiodorova?- le preguntó.
-Sí- ella se levantó y empezó a recoger sus cosas.
-Hola buenos días- Marc le tendió la mano para estrechársela.
-Hola.
Se dio cuenta de que Sonya iba cargada con el móvil en una mano, el bolso en otra y estaba intentando coger su tres cuartos gris jaspeado de Miu Miu con las manos ocupadas.
-Deja que te ayude- Marc cambió la dirección de la mano. Asió el abrigo y le invitó a seguirle.
-Gracias- dijo ella.
-En invierno no se puede salir de casa- dijo él amable.
-Sí ¿Verdad?- le sonrió ella.
-Te voy a hacer unas pruebas y luego pasamos a consulta con el Doctor.


Sonya pasó a la Sala precedida por Marc.
-Puedes dejar tus cosas en esa silla negra y te sientas en el taburete de tu izquierda.

Sonya dejó el bolso encima del chaquetón que había dejado Marc en la silla de piel negra y vio dos taburetes grises enfrente de ella. Delante de cada taburete, había una mesa color crema con dos aparatos prácticamente iguales de color marfil y gris.
En la sala también había tres máquinas con cabezales de diferentes diseños puestos en batería y otros dos taburetes grises mas.
Se sentó en el taburete que le indicaba Marc.
Él se situó al otro lado del cabezal del aparato.
-Muy bien, te acercas a la máquina y apoyas la barbilla y la frente- ella hizo lo que le ordenó Marc-. Mira de frente y vas a ver una casa que se va a poner borrosa.
Marc hizo una serie de medidas, le indicó que recogiese sus cosas y la acompañase a su gabinete.

Pasaron a una sala larga y estrecha.
-Puedes dejar tus cosas en la silla azul de la derecha y te sientas en este sillón.
Él se sentó en una silla negra con ruedas a unos dos escasos metros de ella y dejó la historia encima de una pequeña mesa de despacho que quedaba perpendicular a Sonya, de forma que, desde su sillón, ella veía el perfil izquierdo de Marc.

-Bueno Sonia ¿Qué tal estás?- dijo él mirando de lado a Sonya desde su silla negra- ¿Cual es el motivo de la consulta?
-Veo puntitos negros.
-¿Con los dos ojos?
-Sí. Pero a veces vienen y desaparecen.
-¿Desde cuándo los ves?
-Jolín. No se decirte- ella puso la mirada perdida como pensando- No lo sé.
-La visión ¿Qué tal?
-Bien. Veo bien. Creo.
-¿Estás trabajando, estudias...?
-Trabajo.
-¿A qué te dedicas?
Sonya pareció dudar. Él se dio cuenta. Había personas a las que no les gustaba decir su profesión si tenían que ver con algo relacionado con el servicio doméstico. Tenía preparada una respuesta para estos casos.
-La pregunta es para saber tu necesidad visual. No es lo mismo trabajar delante de un ordenador todo el día, que en la calle dirigiendo el tráfico o en una obra, que en un hotel de mantenimiento.
-¡Uso mucho el ordenador!
-¿Administrativo?
-Bueno, sí- dijo meditándolo ella- administrativo.
-Ahora te voy a graduar y ya te digo qué tal ves y si necesitas ayuda visual- Marc miró la historia de forma que Sonya le veía el perfil izquierdo- ¿Tienes los ojos operados de algo?
-No.
-¿Te pones gotas en los ojos para algo?
-No.
-¿Diabetes, hipertensión, hipertiroidismo, anemia...?
-No.
Marc no la miraba, solo hacía marcas o anotaba en la historia.
-¿Tomas pastillas o medicación para algo?
-Anticonceptivos y unas vitaminas.
-¿Vitaminas para algo en particular?
-No sé. Para estar bella...- dijo ella sonriendo.
-¿Más bella aún?- dijo él en tono neutro.




Ella se quedó mirando a Marc con expresión sorprendida y se ruborizó un poco.
Marc la miró de reojo con una sonrisa casi imperceptible en los labios.
Ella se dio cuenta de que él le había visto ruborizada y el tono rojo de su cara, pasó a bermellón.
-¿Alergias?
-No- la voz de Sonya luchó por salir de su garganta.
-Bueno- Marc se levantó y se acercó a ella- voy a graduarte a ver qué tal ves.

Marc comenzó a graduarla. La cara de Sonya, estaba recuperando su color níveo habitual.
Después de realizarle una serie de pruebas, Marc se sentó de nuevo en su silla negra y acercó la parte móvil de la unidad de refracción que contenía la lámpara de hendidura.
-Apoya la barbilla y la frente- dijo él como hablando para sí mismo-. Mira hacia mi oreja.

-Bien. Vamos a tomar la tensión del ojo- dijo él retirándose de la lámpara y cogiendo un botecito blanco con tapón amarillo-. Gotitas.
-Jolin. Por eso no me gusta ir al médico.
-¿Por unas gotas?
-Porque no me gusta que pongan cosas y pasarlo mal- bromeó ella.
Vamos! Por unas gotas que casi no pican, algunos tenéis una imaginación- dijo él fingiendo que estaba ofendido-. Si fuese el dentista y te sacase una muela, pero yo aún no he sacado ningún ojo.
Sonya soltó una carcajada.

Marc se puso al lado de Sonya,
-Levanta la barbilla- Marc sujetó suavemente con los dedos los párpados del ojo izquierdo de Sonya- Mírame a mi. Si ves venir la gota te dará miedo y cerrarás.
Sonya lo miró y Marc pudo ver cómo se le dilataban las pupilas al mirarle.
Puso una gota en el ojo izquierdo-. Pica un poco- Le cerró los párpados suavemente y con la rapidez que da la práctica, abrió el ojo derecho y le puso una gota-. Si los dejas cerrados pica menos- cogió un cleenex y le secó las lágrimas que comenzaban a aflorar.
Con un movimiento aprendido, le puso el cleenex en la mano a Sonya rozando un instante su piel.
-Puedes secarte sin restregarte los ojos.

Marc se sentó en su silla negra.
-Por esto odio a los médicos- dijo ella con los ojos cerrados,
-Puedes abrir los ojos, verás que ya no pica- dijo él sonriendo.
-Jolin.
-Venga no te quejes- bromeó él- encima que te ha tocado el oculista simpático.
-Y guapo- le sonrió ella.
-No. El guapo no ha venido a trabajar hoy- dijo él devolviéndole la sonrisa- Va. Apoya otra vez la barbilla y la frente.
Le midió la tensión de los ojos.

-Una gotita más- anunció él.
-Jolin ¿Otra?- dijo ella exagerando una mueca.
-Sí. Yo es que soy muy malo y de mi gabinete siempre sale todo el mundo llorando.
Sonya se desternillaba.
-Con esta gota, te voy a dilatar la pupila para que el Doctor te pueda ver los puntitos negros - cogió aire- Vas a ver borroso y te va a molestar la luz unas tres horas, bueno, tú tienes los ojos claros, unas cinco horas- puso una voz más dulce- Va levanta la barbilla como antes que ésta no pica.

-Espera unos veinte minutos en la Sala de Espera a que haga efecto la gota y te hago una prueba más.
-Gracias- le sonrió ella- ¿Puedo usar el móvil?
-En unos minutos no verás de cerca, pero por mí no hay problema.
Marc se dirigió a la silla azul, cogió los enseres de Sonya y se los dio.
Cuánto pesa!- dijo él fingiendo un peso exagerado del bolso.
-Gracias- dijo ella entre carcajadas.

Sonya salió del gabinete de Marc y él se quedó dando las últimas anotaciones en la historia.
Salió de su despacho y observó que ella se había sentado en las sillas enfrente de la Sala de Pruebas y estaba hablando con alguien por teléfono.
Marc cogió otro sobre y llamó a un nuevo paciente.

-Mey frau Eva Van Overkempe?- una chica alta rubia de ojos azules, se acercó a Marc. Estrechó la mano que le ofrecía él.
-Komar mer may, asherlif- se dirigieron a la Sala de Pruebas.
-Hamar ier setten, asherlif- ella se sentó en el taburete que le indicaba Marc.
-Ogen oppen. Look straight ahead- Marc realizó las medidas que necesitaba y le invitó a seguirle otra vez.

Al pasar por delante de Sonya, ésta le dijo sonriendo a Eva:
-Cuidado con él, es peligroso.
Marc le miró con una sonrisa apretada y ojos de reproche.
-Sogi. I don´t understand- dijo Eva sonriendo con cara de incomprensión.
-Vas ein grapier- le dijo él- It's only a joke.
Hizo pasar a Eva a su gabinete.
Unos diez minutos después, salía secándose los ojos con un cleenex.

-Marc- dijo BA- a Sonia hay que hacerle un OCT. Lo ha pedido el Doctor.

Marc cogió la historia y se acercó a Sonya que estaba hablando por teléfono, por señas le indicó que le acompañase al ascensor.
Ella terminó la llamada y le acompañó.
-Vamos a hacerte una OCT- explicó él- es una fotografía de la retina, para controlar que todo esté correcto. Tenemos que bajar a la planta de abajo.
Entraron los dos en el ascensor.
-Vaya sensación más extraña, lo veo todo borroso- dijo ella sonriendo- Jolin, parece que vaya borracha.
-¿Ves? Al final te lo estás pasando bien en el oculista- bromeó él.
-Jolin. No lo sabes tú bien- dijo Sonya como hablando para ella misma.

Llegaron a la segunda planta. Marc salió primero del ascensor y le invitó a acompañarle a una serie de puertas.
-Siéntate aquí, te voy a poner unas calzas- Marc sacó unas calzas azules de celulosa de un cajón y se puso en cunclillas para calzarla.
-Así parece que me estés pidiendo algo- bromeó ella.
-Vamos a pasar a la zona de quirófano- explicó él con una sonrisa- ahora es cuando te saco un ojo con una cucharilla de café y hago realidad lo que se te pasa por la imaginación cuando vas al médico.
-Jolin. Con el colocón que llevo, no te digo que me daría igual.
Marc se puso unas calzas y le invitó a seguirle.

Pasaron a una sala oscura con cinco sillones relax y un aparato similar a los que Sonya había visto en la Sala de Pruebas, pero más grande.
-Vaya, está apagado- Marc se agachó y encendió la CPU- Es un momento lo que tarda en arrancar.
-Hablas muy bien castellano Sonia.
-Gracias. Mi trabajo me costó. Estuve cuatro años de Escuela Oficial de Idiomas.
-Pero ¿Tú que eres rusa o ucraniana?
-Rusa. De Siberia.
-Y ¿Cuanto tiempo llevas en España?
-Ocho años.
-¿Qué haces para pagarte ese bolso de Michael Kors?
-A ver. Yo trabajo en una inmobiliaria- parecía dudar en cuánto le quería contar- pero también redacto contratos...-no terminaba la explicación. Estaba un poco insegura.
-Vale, supongo que haces traducciones y lo que te vaya saliendo, ya he visto que no has dejado el teléfono en paz- Marc miró la pantalla del OCT, ya había terminado el chequeo de arranque- Esto ya está. Un momento que meta tus datos...¿Me dices la fecha de nacimiento por favor?
-Treinta de Septiembre del ochenta y dos.
-Santa Sofía.
-Sonia es Sofía en ruso- explicó ella- ¿Cómo es que sabes que es el santoral ese día?
-Una amiga se llama Sofía y mi cumpleaños es la semana de antes. Así que tu cumpleaños y tu santo son el mismo día.
-Ya sabes una cosa más de mi. Que soy rusa, que tengo treinta años, soy rubia como todas las rusas, mido uno sesenta y peso cuarenta y nueve kilos- dijo ella mientras sonreía.
Marc se asomó por el lateral del cabezal del OCT y le sonrió.
-A la máquina con la fecha de nacimiento le sobraba, pero lo demás me lo quedo para mi.

-Bien. Apoya, como antes, la barbilla y la frente. Vas a mirar una equis verde y no puedes parpadear unos segundos.
Marc realizó la prueba y esperó unos momentos a que se procesasen los resultados. Los dos guardaban silencio.
-También sé que eres siberiana.
-Ahora me dirás lo típico- dijo ella sonriendo.
-¿Que aquí seguro que pasas frío?- le dijo él guiñándole un ojo.
-Lo has pillado- dijo ella cómplice-. Eso y que si me gusta el vodka.
-¿Te gusta el vodka?
-Para nada- dijo ella-. No probé el alcohol hasta que vine a España. En Siberia hacía ballet.
Vaya! Ahora ya sé otra cosa de ti, que eras bailarina profesional- bromeó él.
-No- dijo ella entre risas- Yo soy bióloga.

Marc guardó silencio concentrado mientras repasaba los resultados de la prueba.
-¿Está todo bien?
-Sí- dijo él abstraído mientras terminaba de analizar los resultados-. Aquí podemos ver que hay dos ojos- hablaba como si se lo dijese a él mismo- que tienen dos máculas, dos papilas, dos cejas...pero nariz no- Marc hizo una pausa y miró muy serio a Sonya por el costado del cabezal de la máquina- Nariz sólo veo una.
-Jolin. Si que eres malo- dijo ella sonriendo aliviada- Ya me estabas asustando.
Marc sonreía y seguía callado mientras terminaba de analizar las pruebas. Cuando terminó, le miró y le dedicó una gran sonrisa.
-¡Todo está bien en ti!
Ella le sonrió y ambos guardaron silencio unos instantes.

-¿Y a ti te gusta el vodka?
-Sólo si es con limón- bromeó él- pero prefiero el ron para una copa.
-¿Y para tomar a media tarde?
-Un vino blanco.
-¿Cuándo te tomarás conmigo un vino blanco?
Marc la miró unos instantes evaluándola.

-Para tomar un vino contigo, tendría que dejar de ser tu oculista.
-¿Por qué?- le miraba ella sonriendo interesada.
-Porque no puedo salir con una de mis pacientes. Va contra mi ética profesional- prosiguió él en tono de broma.
-¿Nunca haces nada en contra de las normas?- le vaciló ella.
-Sólo si realmente vale la pena.
-Conmigo te aseguro que valdría la pena.
-No sé si una siberiana que tiene frío en España es de fiar- bromeó él.
Sonya rió y movió la cabeza de un lado hacia otro.
-Venga- dijo Marc- vamos a la otra planta que aún te tiene que ver el Doctor.
Entraron en el reducido espacio del ascensor. Los dos iban callados y sonriendo. Cada unos haciendo sus cálculos sobre la extraña consulta que estaban teniendo.

Llegaron a la planta de consultas.
-Acompáñame que vas directa con el Doctor.
Sonya pasó al despacho del Doctor y Marc fue a pasar la consulta de otro paciente.
Cuando Sonya salió del despacho del Doctor, Marc hizo por estar por la zona de recepción.

-¿Todo bien?- se interesó él.
-Sí. Como tú has dicho, todo en mi bien- bromeó ella.
-¿Cuando te ha dicho el Doctor que tienes que volver a consulta?- preguntó BA.
-El año que viene si no me ocurre algo antes. Una cosa- dijo Sonya haciendo una pausa- ¿Qué tengo que hacer para cambiar de oculista?
BA la miró sorprendida con los ojos muy abiertos y miró a Marc que estaba al lado sonriendo y moviendo la cabeza afirmando.
-Vale, ahora te cambio dijo BA.

Marc salió del espacio de recepción y acompañó a Sonya al ascensor.
-Ahora ya puedes tomar un vino conmigo- dijo ella- ¿A qué hora acabas?
-Hoy tengo consulta por la tarde. Creo que termino a las seis.
-¿Sabes donde es la Cava?- preguntó ella.

Esa tarde Marc fue a la Cava y se encontró con Sonya.
Después de una primera copa de Trascampanas, ella decidió que le invitaba a tomar una copa de vodka en su casa, para decidir si de verdad le gustaba o no el licor originario de su país. En realidad no llegaron a averiguarlo porque decidieron descubrir otras cosas más intimas entre ellos.

-Tienes que irte ya- le dijo ella empujándole por el pasillo.
-Si aún no son ni las ocho- dijo Marc haciéndose el remolón entre besos con Sonya.
-Otro día más- dijo ella mientras le besaba.
-¿Por qué me echas?- dijo él abrazándola.
-Para que no pierdas el cercanías- le sonrió pícara.
-Toma- ella le ofreció una bolsa cerrada de supermercado- mete ahí la botella de vino vacío y los preservativos y la bajas al contenedor.
Marc intentó abrir la bolsa con los dedos, le resbalaba y no podía. Se humedeció los dedos con la lengua y al final pudo abrirla y meter los desperdicios de la fiesta que se habían dado los dos.
Cuando llegaron a la puerta, él la atrajo abrazándola.
-Sé que tú vas a decidir cuando quieres volver a verme. Sólo te pido que no me vuelvas loco esperando.
-Marc- Sonya se puso seria- no te voy a dar ninguna explicación. Es mejor que no sepas mucho sobre mi. Te voy a volver a ver pero no sé cuando será eso.


Marc 
El 25 de febrero a las 20:47 cerca de San Juan a través de móvil
Que cada vez que me humedezco los dedos para abrir una bolsa de Mercadona, me venga a la cabeza El Nombre De La Rosa y la posibilidad de envenenarme.
Me gusta ·  · Promocionar · Compartir
  • Ricard BoixCarmen MaríaDeivid y 2 personas más les gusta esto.


BSO Siberia-La Habitación Roja
Relacionado con El trío (En Concierto II) Gossip La Mesa(Segunda Oportunidad)


No hay comentarios:

Publicar un comentario