sábado, 12 de enero de 2013

En Memoria de David Fernández


-¿Entonces cómo quedamos para cenar?
-En Las Chimeneas a las diez. Ah, viene mi primo David.


Como buen Géminis, quedar con mi mejor amigo para algo, es nunca saber hasta el último momento el lugar, la hora y si va a venir con alguien a quien no conoces.

David era un tipo poco hablador y con apariencia de serio de primeras. Un vez que lo ibas conociendo, llegué a darme cuenta de que tenía un sentido del humor muy peculiar, parecido al mío y con mucha vida interor.
Coincidimos seis o siete veces, siempre a través de mi amigo y llegué a apreciarlo.

Sin entrar a discutir sobre la necesidad de que David estuviese en Afganistán, cada cual elige su vida en función de sus inquietudes y circunstancias y él eligió, o le tocó ejercer, una profesión arriesgada
Ayer, ejerciendo su profesión, lo perdimos. 
Perdimos a una persona joven que hacía lo que le tocó en la vida.

Perder a una persona que aprecias y tan joven, es difícil de aceptar y te hace plantearte si es necesario tomarse la vida tan en serio.

David, algún día nos veremos, nos diremos y haremos las cosas que nunca nos pudimos decir.
Un abrazo para la familia.


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