domingo, 20 de enero de 2013

Media Maratón Santa Pola 2013

La Media Maratón de Santa Pola, es probablemente la Media mejor organizada de España.
No lo digo yo que sólo he corrido 4 carreras en mi vida. Lo dicen runners que hacen la Liga y semiprofesionales.
A parte de las facilidades que te dan para acceder a la Salida, la excelente comunicación vía mail y sms y el ambiente que crean con batukadas en el km 1, km 5, grupo de rock en el km7, Dj en el km 10, rock en el km 14 y repetición de batukada y Rock en la segunda vuelta del circuito. Lo más bonito es cómo se vuelca el pueblo de Santa Pola con la prueba, con gran cantidad de público animando, pero animando de verdad, a lo largo de todo el circuito.

Venía yo mal preparado para la prueba.
Son excusas, pero, desde la San Silvestre, una mala entrada en el año, un resfriado-gripe y el bajón post navideño, hizo que sólo empezase a entrenar hace una semana, para tres entrenos y unos 30 km totales de preparación.
A esto hay que unir la desgracia de perder de forma inesperada a un ser querido el jueves pasado y tener que levantarte y empezar de nuevo con tu vida cuando no tienes ganas.

El sábado decidí que haría la prueba, por mi y por mi padre y por seguir adelante.
Fui a recoger el dorsal y me encontré con la sorpresa de que me habían homologado el 1.29 de la Media de Alcoi, lo que me daba derecho a salir en el tercer cajón de velocidades evitando mucho tráfico en el primer sector de la carrera (7.500 participantes somos muchos).

Esta mañana me encontraba frío.
Yo soy muy competitivo y si hago algo es para darlo todo y no para arrastrarme o dejarlo a medias.
Pero esta mañana estaba sin ganas. La única motivación que he encontrado, era acabar la carrera para dedicársela a mi padre y como tal he trazado el plan de carrera.

En el cajón de salida, teniendo en cuenta que no estoy en plena forma, decidí marcarme un ritmo de 4,40 para acabar entre 1.35 y 1.40 que es un tiempo digno para mi nivel y edad y que creía podría hacer.
Esta mañana hacía fresco, unos 12 grados, pero un sol de justicia y aunque me he puesto de verano, he pasado mucho calor. Además soplaba un viento muy fuerte de Poniente.

La Salida se me ha hecho larga.
Sólo, en el cajón, sin la compañía de mi Mister Salva, que estaba dos cajones más atrás, rodeado de extraños, estaba deseando que empezase la carrera y arrancar a correr.

La Salida ha sido rápida. Como siempre me pasa, me sube la adrenalina y no regulo.
He hecho el primer cinco mil a 4,30, más rápido de lo que pensaba y no he ido cómodo.
Me costaba controlar las pulsaciones y el ritmo respiratorio, iba mejor de piernas que de respiración.

El diez mil se me ha atragantado. La aparición de un inoportuno flato en el avituallamiento de agua, me ha hecho perder el ritmo durante unos km.
La llegada al sector de Santa Pola del Este, me ha hecho remontar. Es la parte del circuito por la que más veces he corrido, con las espectaculares vistas de Tabarca, he sentido buenas vibraciones anímicas y me han hecho recordar las vacaciones de mis padres en Tabarca y lo mucho que les gustaron.
A la altura del km doce, aún iba a ritmo para acabar en 1,35.

La llegada al km 16 ha sido la debacle.
Me ha entrado todo el viento de cara durante 1 km y me ha agotado, más mental que físicamente.
Ver que el circuito nos llevaba hasta las Salinas y saber que aún me quedaba un último cincomil y que no tenía más ganas de correr, ha sido muy duro.
A falta de tres km, he pensado en abandonar. Prácticamente iba haciendo footing, sin ritmo y sufriendo mucho con sobrecargas en el sóleo izquierdo y los isquios.

Por mi mente se ha pasado la temida pregunta ¿Qué necesidad hay de hacer esto?
El orgullo y una promesa a mi mismo han sido lo que me han convencido para levantar la cabeza y tratar de llegar a Meta.

La llegada ha sido muy emotiva.
Llena de público, música y más gente sufriendo como uno mismo.

21 km en 1 hora 41 minutos de lucha contra el viento y uno mismo en uno de los días en los que más he sufrido corriendo.
Satisfecho porque siento que he dado más de mi de lo que mi cabeza me decía que podía dar.

Estés donde estés, va por ti papá.

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